May
26
Vitrocerámica: gas o inducción, esa es la cuestión
La facilidad de su limpieza ha hecho de la vitrocerámica la reina absoluta de la cocina en los últimos años. Pero, aunque comúnmente llamamos vitrocerámicas sólo a las cocinas eléctricas con encimera de vidrio, en realidad el nombre corresponde a cualquier placa de cocción en la que hay un vidrio entre la fuente de calor y el recipiente que se quiere calentar.
Así pues, atendiendo al origen de la fuente de calor podemos encontrar vitrocerámicas eléctricas, de inducción o de gas.
Eléctricas
Fueron las primeras en introducirse y las más comunes. Funcionan con varias resistencias eléctricas bajo el vidrio, que en algunos casos son apoyadas por focos halógenos. Su consumo eléctrico es muy elevado pero son las más económicas a la hora de adquirirlas.
De inducción
Transmiten la energía a través de un campo magnético, por lo que necesitan entrar en contacto con recipientes ferromagnéticos para que puedan funcionar. Al calentarse directamente la base del recipiente y no la placa consiguen un ahorro de tiempo considerable, lo que se traduce en un menor consumo eléctrico y como consecuencia en un considerable ahorro económico.
La placa de inducción resulta además muy segura porque como permanece fría, la temperatura máxima que alcanza es la del calor residual del recipiente, no produce quemaduras y es de fácil limpieza ya que si se derraman sólidos o líquidos no se pegan y podemos retirarlos simplemente pasando un paño húmedo.
La desventaja inicial en comparación con la vitrocerámica eléctrica es el coste elevado del aparato, aunque resulta rápidamente amortizable.
De gas
Pueden funcionar con gas natural, propano o butano y son si duda las menos conocidas. Disponen de unos quemadores en forma de celdillas de panel de abeja que se encuentran debajo del vidrio. El gas se enciende de forma automática con mandos de control electrónico y necesitan incorporar una rejilla de ventilación, que suele ser desmontable para lavar en el lavavajillas.
El precio del aparato es también más alto que la vitrocerámica eléctrica y, a diferencia de las placas de inducción, no puede ser instalada sobre hornos, lavavajillas, lavadoras, frigoríficos, congeladores o cajoneras sin la inserción de un panel de protección aislante.
Entre sus ventajas tenemos que mantiene la sensación del fuego tradicional al cocinar, son limpias al estar los quemadores debajo del material cerámico, son rápidas y al igual que las vitrocerámicas eléctricas conservan por algún tiempo el calor residual para mantener calientes los alimentos.
Entre diversos estudios comparativos que podemos encontrar; todos concluyen en la ventaja de la de inducción frente a la eléctrica: aproximadamente un 75% más rápida y un 37% menos de consumo.
También podemos encontrar una interesante comparativa gas/electricidad según la cual el uso de la vitrocerámica de gas tiene un gasto anual de sólo 96,28€, frente a los 283.25€ de la eléctrica.
En conclusión, si queremos adquirir una cocina vitrocerámica, hemos de analizar muy bien todas las ventajas e inconvenientes de modelo si queremos escoger la que mejor se ajuste a nuestras necesidades. ¿Gas o Inducción?
TABLA COMPARATIVA COCINAS VITROCERÁMICAS