Dic
03
Oxígeno con O de ozono: se acabó el olor a tabaco
Aseos, bares, cafeterías, hoteles, restaurantes, bingos, casinos, discotecas, cámaras frigoríficas, hospitales, estaciones, aeropuertos, fruterías, gimnasios, hipermercados, oficinas, hogares, etc. La enumeración de los sitios donde el ozono puede y debe actuar puede ser interminable.
El ozono es científicamente conocido y aceptado como un elemento natural para el tratamiento de los ambientes contaminados por bacterias, virus, mohos y esporas. Actualmente ya no se discute sobre si se debe utilizar o no en desodorización; el tema a discutir son las escalas de concentración en las que actúa y sobre qué olores lo hace.
El ozono es una forma activada del oxígeno. En los espacios naturales se encuentra en mayor cantidad que en las aglomeraciones urbanas, en las que llega a desaparecer por completo.
El ozono (oxígeno enriquecido) posee como principal característica su gran poder desinfectante, esterilizante y desodorante, así como el de reponer oxígeno en los ambientes cerrados o enrarecidos. En los locales con aire acondicionado favorece la desinfección y el ambiente resulta más fresco y sano. Al actuar sobre la fuente de los malos olores (sudor, animales domésticos, lavabos o tabaco, por ejemplo) no los enmascara, sino que simplemente los elimina.
Las aplicaciones del ozono son muchísimas, algunas de ellas para la hostelería serían:
- Hoteles: la instalación de estos equipos en las habitaciones aseguran el confort y el descanso del cliente, ofreciendo también la ventaja de poder dar cualquier habitación a cualquier cliente (fumador o no).
- Bares, cafeterías y mesones: el ozono no sólo elimina los malos olores de estos establecimientos, incluido el del tabaco, sino que elimina aquellos olores no deseados. “Un olor a marisco a la plancha no es agradable mientras tomas un café”.
- Oficinas, comercios y cocinas: un ambiente de trabajo u ocio ozonizado resulta siempre más agradable para empleados, dependientes, cocineros o clientes.
La acción desodorizante del ozono no se debe a una simple acción de camuflaje del olor, sino a una auténtica destrucción de la materia orgánica y bactericida que lo provoca.
Fuente: www.mabhostelero.es